Los cables de red son elementos esenciales para la transmisión de datos entre dispositivos informáticos. Permiten conectar ordenadores, impresoras, routers, servidores y otros equipos a una red local o a Internet. En este artículo, veremos qué son los cables de red, qué tipos existen y cómo funcionan.
¿Qué son los cables de red?
Un cable de red es un conjunto de hilos conductores que se entrelazan o se recubren con materiales aislantes y protectores. Su función es transportar señales eléctricas que representan los datos que se quieren enviar o recibir. Los cables de red se clasifican según el tipo de señal que transmiten, la velocidad y el alcance que tienen, y el tipo de conector que usan.
Tipos de cables de red
Los principales tipos de cables de red son:
Cables coaxiales
Son cables formados por un hilo conductor central rodeado por una capa aislante, una malla metálica y una cubierta exterior. Se usan principalmente para la televisión por cable y las redes locales antiguas. Tienen una alta resistencia al ruido y a las interferencias, pero son gruesos y poco flexibles.
Cables de par trenzado
Son cables formados por pares de hilos conductores que se entrelazan entre sí para reducir las interferencias. Se usan para la mayoría de las redes locales actuales y para la telefonía. Según el grado de blindaje que tengan, se dividen en UTP (sin blindaje), STP (con blindaje total) y FTP (con blindaje parcial). Según la categoría que tengan, pueden transmitir desde 10 Mbps hasta 10 Gbps.
Cables de fibra óptica
Son cables formados por fibras de vidrio o plástico que transmiten señales luminosas moduladas. Se usan para las redes de alta velocidad y larga distancia, como las redes metropolitanas o las conexiones a Internet. Tienen una gran capacidad de transmisión, una baja atenuación y una alta inmunidad al ruido y a las interferencias, pero son más caros y delicados que los cables anteriores.
¿Cómo funcionan los cables de red?
Los cables de red funcionan mediante la conversión de los datos digitales en señales eléctricas o luminosas que viajan por el medio conductor. Para ello, se usan dispositivos llamados transceptores, que se encargan de codificar y decodificar las señales según el protocolo que se utilice. Los transceptores se conectan a los extremos de los cables mediante conectores específicos, como el BNC para los cables coaxiales, el RJ-45 para los cables de par trenzado o el SC para los cables de fibra óptica.
Los datos que se transmiten por los cables de red se dividen en unidades llamadas tramas o paquetes, que contienen información sobre el origen, el destino, el tipo y el contenido de los datos. Estas unidades se envían secuencialmente por el cable hasta llegar al dispositivo receptor, que las verifica y las reensambla para obtener los datos originales.
Los cables de red pueden formar distintas topologías o formas de conexión entre los dispositivos, como la bus, la estrella, la anillo o la malla. Cada topología tiene sus ventajas e inconvenientes en cuanto a rendimiento, fiabilidad y coste.
Ventajas e inconvenientes de las distintas topologías de red
Las topologías de red son las formas en que se conectan los dispositivos que forman una red. Cada topología tiene sus ventajas e inconvenientes en cuanto a rendimiento, fiabilidad y coste. Veamos algunas de las más comunes:
Topología bus
Consiste en conectar todos los dispositivos a un único cable central llamado bus. Es una topología sencilla y económica, pero tiene el inconveniente de que si el cable se rompe o se desconecta, la red se interrumpe. Además, el rendimiento de la red disminuye a medida que aumenta el número de dispositivos y la distancia entre ellos.
Topología estrella
Consiste en conectar todos los dispositivos a un dispositivo central llamado hub o switch, que se encarga de reenviar las señales a los demás dispositivos. Es una topología que ofrece un buen rendimiento y una alta fiabilidad, ya que si un dispositivo o un cable falla, no afecta al resto de la red. Sin embargo, tiene el inconveniente de que requiere más cableado y más coste que la topología bus.
Topología anillo
Consiste en conectar los dispositivos en forma de círculo cerrado, de modo que cada dispositivo recibe la señal del anterior y la envía al siguiente. Es una topología que aprovecha bien el ancho de banda y evita las colisiones de datos, pero tiene el inconveniente de que si un dispositivo o un cable falla, la red se interrumpe. Además, el rendimiento de la red depende de la velocidad del dispositivo más lento.
Topología malla
Consiste en conectar los dispositivos de forma que cada uno tenga al menos dos caminos posibles para comunicarse con los demás. Es una topología que ofrece una alta fiabilidad y una alta tolerancia a fallos, ya que si un dispositivo o un cable falla, la red puede seguir funcionando por otro camino. Sin embargo, tiene el inconveniente de que requiere mucho cableado y mucha complejidad en la gestión de la red.
Estas son algunas de las topologías más usadas en las redes locales. Existen otras variantes y combinaciones que se adaptan a las necesidades específicas de cada red. Lo importante es elegir la topología adecuada según los criterios de rendimiento, fiabilidad y coste.
Los cables de red son elementos fundamentales para la comunicación entre dispositivos informáticos. Existen distintos tipos de cables según el medio conductor, la velocidad y el alcance que ofrecen. Los cables de red funcionan mediante la conversión de los datos en señales que viajan por el cable hasta llegar al dispositivo receptor. Los cables de red pueden formar distintas topologías según la forma en que se conecten los dispositivos.