La refrigeración es una de las actividades que más energía consume en el mundo. Según la Agencia Internacional de la Energía, los sistemas de refrigeración y aire acondicionado representan el 17% del consumo eléctrico mundial y son responsables del 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Por eso, encontrar alternativas más eficientes y ecológicas es un reto urgente para la ciencia y la tecnología.
Una de las posibles soluciones es el enfriamiento ionocalórico, un nuevo método de refrigeración que aprovecha el cambio de fase de los materiales para absorber o liberar calor. Este método tiene varias ventajas sobre los sistemas convencionales, como el uso de sal en lugar de gases refrigerantes, la posibilidad de enfriar y calentar con el mismo dispositivo y la reducción del impacto ambiental.
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¿Qué es el cambio de fase y cómo se usa para refrigerar?
El cambio de fase es la transformación que sufre un material cuando pasa de un estado físico a otro, como de sólido a líquido o de líquido a gas. Este proceso implica un intercambio de energía con el entorno, ya que se necesita calor para romper los enlaces entre las moléculas o se libera calor al formarlos.
Por ejemplo, cuando el hielo se derrite, absorbe calor del ambiente y baja la temperatura. Cuando el agua se congela, libera calor al ambiente y sube la temperatura. Este fenómeno se llama efecto calórico y se mide en julios por gramo (J/g), que indica la cantidad de energía que se intercambia por cada gramo de material.
Los sistemas de refrigeración actuales usan principalmente gases como el freón o el amoníaco, que cambian de fase al comprimirse o expandirse dentro de un circuito cerrado. Estos gases tienen un alto efecto calórico, pero también son perjudiciales para el medio ambiente, ya que contribuyen al agotamiento de la capa de ozono y al calentamiento global.
¿Qué es el enfriamiento ionocalórico y cómo funciona?
El enfriamiento ionocalórico es un método de refrigeración que usa materiales sólidos que cambian de fase al aplicarles un flujo de iones. Los iones son átomos o moléculas que tienen carga eléctrica y se pueden obtener disolviendo sales en agua.
El material sólido que se usa para el enfriamiento ionocalórico es una aleación metálica que tiene una estructura cristalina que puede cambiar al aplicarle una corriente eléctrica. Esta corriente genera un flujo de iones que atraviesa el material y provoca su cambio de fase.
El cambio de fase del material sólido produce un efecto calórico similar al del gas, pero con la ventaja de que no necesita compresión ni expansión. Además, el material sólido puede volver a su estado original al invertir la corriente eléctrica, lo que permite repetir el ciclo tantas veces como se quiera.
El enfriamiento ionocalórico tiene varias ventajas sobre los sistemas convencionales:
- Usa sal en lugar de gases refrigerantes, lo que reduce el impacto ambiental y el riesgo de fugas o explosiones.
- Puede enfriar y calentar con el mismo dispositivo, lo que aumenta la versatilidad y la eficiencia.
- Tiene un alto efecto calórico, lo que implica un menor consumo energético.
- Tiene un bajo ruido y una baja vibración, lo que mejora el confort y la durabilidad.
¿Qué beneficios tiene el enfriamiento ionocalórico y qué desafíos debe superar?
El enfriamiento ionocalórico puede mejorar la calidad de vida de las personas y preservar el medio ambiente al ofrecer una alternativa ecológica y eficiente a los sistemas actuales. Además, puede contribuir a reducir la dependencia energética y a fomentar la innovación y el desarrollo.
Sin embargo, el enfriamiento ionocalórico también tiene algunos desafíos que debe superar para convertirse en una realidad comercial. Algunos de estos desafíos son:
- Encontrar materiales sólidos que tengan un alto efecto calórico y una buena estabilidad química y mecánica.
- Diseñar dispositivos que puedan integrar el material sólido, el flujo de iones y el circuito eléctrico de forma óptima.
- Escalar la tecnología para que pueda competir con los sistemas actuales en términos de coste, rendimiento y seguridad.
- Demostrar la viabilidad y la fiabilidad de la tecnología en condiciones reales y a largo plazo.
El enfriamiento ionocalórico es un nuevo método de refrigeración que aprovecha el cambio de fase de los materiales sólidos para absorber o liberar calor. Este método tiene varias ventajas sobre los sistemas convencionales, como el uso de sal en lugar de gases refrigerantes, la posibilidad de enfriar y calentar con el mismo dispositivo y la reducción del impacto ambiental.