Un aire acondicionado portátil es un dispositivo que puede enfriar el aire de una habitación sin necesidad de instalación fija.
Es una opción práctica y versátil para combatir el calor en los meses de verano, especialmente si no se dispone de un sistema de climatización centralizado o si se quiere ahorrar energía.
Características del aire acondicionado portátil
Compresor que extrae el calor del aire
Funcionan mediante un compresor que extrae el calor del aire y lo expulsa al exterior a través de un tubo flexible. El aire frío se distribuye por la habitación mediante un ventilador integrado.
Los aires acondicionados portátiles suelen tener ruedas o asas para facilitar su transporte y almacenamiento.
Potencia
Se clasifican según su potencia frigorífica, que se mide en frigorías o BTU (British Thermal Unit). Una frigoría equivale a 1,16 BTU. La potencia frigorífica indica la capacidad de enfriamiento del aparato y depende del tamaño y las condiciones de la habitación.
Como referencia, se estima que se necesitan unas 100 frigorías por metro cuadrado para enfriar una habitación estándar.
Cantidad de tubos
Se diferencian por el número de tubos que tienen. Los más comunes son los de un solo tubo, que extraen el aire del exterior y lo devuelven enfriado al interior.
Sin embargo, estos aparatos generan una pérdida de presión en la habitación, lo que hace que entre aire caliente por las rendijas. Por eso, existen también los modelos de dos tubos, que tienen uno para extraer el aire caliente y otro para introducir el aire frío.
Estos aparatos son más eficientes y evitan el intercambio de aire con el exterior.
Ventajas del aire acondicionado portátil
- No requieren instalación fija ni obras, lo que supone un ahorro de tiempo y dinero.
- Según las necesidades se pueden mover fácilmente de una habitación a otra.
- Consumen menos energía que los sistemas de climatización centralizados o los splits.
- Algunos modelos tienen funciones adicionales, como deshumidificador, purificador o calefactor.
Desventajas del aire acondicionado portátil
- Son más ruidosos que los sistemas fijos, lo que puede resultar molesto para dormir o trabajar.
- Necesitan una salida al exterior para el tubo de evacuación del aire caliente, lo que implica dejar una ventana o puerta entreabierta.
- Ocupan espacio en la habitación y pueden resultar estéticamente poco armoniosos.
- Tienen una capacidad de enfriamiento limitada y no son adecuados para habitaciones muy grandes o muy calurosas.
Consejos para elegir el mejor aire acondicionado portátil
A la hora de elegir el mejor aire acondicionado portátil, hay que tener en cuenta una serie de factores, como:
El tamaño y la orientación de la habitación
Cuanto más grande y soleada sea la habitación, más potencia frigorífica se necesitará. También hay que considerar la altura del techo, el número y tamaño de las ventanas, el aislamiento térmico y la presencia de fuentes de calor.
El nivel de ruido
Suelen tener un nivel de ruido entre 50 y 70 decibelios (dB), lo que puede ser molesto para algunas personas. Se recomienda elegir un modelo con un nivel de ruido inferior a 60 dB o con un modo silencioso o nocturno.
La eficiencia energética
Tienen una etiqueta energética que indica su consumo eléctrico y su impacto ambiental. Se recomienda elegir un modelo con una clasificación A o superior, ya que consumirá menos energía y emite menos gases de efecto invernadero.
Las funciones adicionales: algunos modelos tienen funciones adicionales que pueden resultar útiles, como deshumidificador, purificador, calefactor, temporizador, mando a distancia o conexión wifi.
Estas pueden aumentar el precio y el consumo del aparato, pero también pueden mejorar el confort y la calidad del aire.
Pasos para limpiar un aire acondicionado portátil
- Apaga el aparato y desconéctalo de la corriente eléctrica. Espera a que se enfríe por completo antes de manipularlo.
- Drena el tanque de agua que recoge la condensación del aire. Algunos modelos tienen un indicador que avisa cuando el tanque está lleno y hay que vaciarlo. Otros tienen un sistema de autoevaporación que elimina el agua automáticamente.
- Retira el panel trasero del aparato y extrae el filtro de aire. Este elemento es el encargado de atrapar el polvo y las partículas del aire. Dependiendo del tipo de filtro, puedes limpiarlo con un cepillo suave, con agua y jabón o con un aspirador. Si el filtro es desechable, debes reemplazarlo por uno nuevo cada cierto tiempo.
- Inspecciona las bobinas o serpentines del aparato, que son los tubos metálicos por donde circula el refrigerante. Estas piezas pueden acumular suciedad o corrosión que afectan al rendimiento del aparato. Puedes limpiarlas con un cepillo suave o con un producto específico para bobinas. Ten cuidado de no doblar o dañar los tubos.
- Limpia el exterior del aparato con un paño húmedo y un poco de jabón neutro. Evita usar productos abrasivos o alcohol que puedan dañar la superficie. Seca bien el aparato con otro paño seco y suave.
- Revisa el tubo de evacuación del aire caliente, que debe conectarse al aparato y a una salida al exterior, como una ventana o una puerta. Asegúrate de que el tubo no esté obstruido, roto o doblado. Si es necesario, puedes limpiarlo con agua y jabón o con un cepillo largo.
- Vuelve a montar el aparato y conecta el tubo de evacuación. Enchufa el aparato a la corriente eléctrica y comprueba que funciona correctamente.